














En una procesión llena de fervor y devoción, Santo Domingo de Abajo llegó a la capital, tras recorrer un poco más de 15 kilómetros. En su peregrinación fue acompañado por centenares de promesantes que con mucho amor y fe cumplieron un año más con su promesa.
“La devoción a Santo Domingo de San Andrés de la Palanca nació hace 95 años, la imagen fue donada por una familia que vivía en el barrio Cristo del Rosario, con la promesa que los 7 de agosto ella visitaría la parroquia allá en Managua”, así lo explicó Raquel García, miembro del Comité Tradicionalista de Santo Domingo de Abajo.
Desde su salida a las 6:00 de la mañana, la procesión recorrió en un lapso de 7 horas las zonas ubicadas en el corazón de Ciudad Sandino, iniciando en las etapas 5 y 4 de Nueva Vida, luego se dirigió a las Zona 6, 7 y 8, el centro por donde está ubicada la alcaldía del municipio, Pinar del Río, Villa Soberana, Plaza Calix, luego pasó por Bello Amanecer, hasta llegar al cruce de la Cuesta El Plomo, en horas del mediodía.
La imagen fue trasladada por la fe y devoción de 65 promesantes miembros del Comité Tradicionalista de Cargadores de Santo Domingo de Abajo. Al bajar la cuesta El Plomo cientos de capitalinos esperaban al santo, unos repartiendo comida, otros bailando al son de marimbas que, a lo largo de la pista se podían observar pasando por Valle Dorado y Linda Vista.
A su llegada al barrio Cuba hasta el Puente León, más devotos y un poco más de 70 cargadores de la parroquia Cristo del Rosario esperaban la imagen del santo, para recibirla y terminar el trayecto hasta la iglesia, en donde estará hospedado el santo hasta el 17 de agosto.
“Podemos ver la alegría, la fe y la cultura que no se está perdiendo, porque el Gobierno está atento a que no se pierdan las tradiciones, hoy cumplo 26 años de arreglar toda la cuadra del Puente León, de embanderillar, por un sobrino que no podía caminar ni hablar, gracias a Dios tiene 16 años que él ya camina, no habla pero camina gracias a Dios por la intercesión de Santo Domingo de Guzmán”, fue la gracia que recibió don Moisés Flores, quien es conocido por todos sus vecinos, porque 2 días antes con ayuda de familiares y amigos llena de color y hermosos banderines los alrededores.
Otro promesante es Francisco José Hurtado, originario de Boaco, él desde hace tres años baila la vaquita en estas fiestas patronales, “vengo desde la Ciudad de dos Pisos, mi promesa la hice porque mi mamá estaba enferma, yo le pedí al santo que me la mejorara y gracias a Dios y a la intercesión de Minguito me la curó y me la tiene con vida”.
La procesión finalizó con éxito gracias al acompañamiento de la Cruz Blanca, Dirección General de Bomberos y la Policía Nacional, que garantizaron la circulación y seguridad de los promesantes y devotos.