









Centenares de promesantes y devotos acompañaron a Santo Domingo de Abajo en el retorno a su iglesia, ubicada en la comarca de San Andrés de la Palanca en Ciudad de Sandino, la mañana de este domingo 17 de agosto. Esta tradición inició en 1918, cuando Doña Estebana López (devota del santo) organizó las primeras fiestas, en esa época en el antiguo barrio San Sebastián, después de un tiempo la imagen de Minguito fue donada a la iglesia Cristo del Rosario, así lo narra Don Edgar Obando quien en ese entonces tenía 13 años y hoy es el Presidente del Comité de las Fiestas de Santo Domingo de Abajo.
“Nosotros siempre seguimos la tradición, montamos actos culturales, hubo chancho lucio, hubo procesiones en los barrios del Distrito II, tenemos 52 años de trabajar en este comité para mantener vivas nuestras costumbres y el fervor al santo, porque es bien milagroso como pueden ver aquí van miles pagando sus promesas”, afirmó Obando.
La peregrinación salió de la iglesia Cristo del Rosario pasando por las calles principales del Distrito II, hasta llegar a la pista que sube por la cuesta El Plomo, luego recorrió las zonas ubicadas en el corazón de Ciudad Sandino, al llegar a la Plaza Los Cabros la asistencia de devotos se había quintuplicado, llenando todas las vías.
Juan José Hernández Reyes, vive en el barrio Batahola, él es un tradicionalista que la gente conoce como el Cacique Salvaje, “Ya son 9 años de trayectoria pagando promesa y 4 como Cacique, yo lo hago porque Minguito sanó a mi papá y por la salud de mi hijo que estaba complicada al nacer”, explicó el promesante.
Durante la trayectoria los devotos pagaron sus promesas, unos bailando al son de los filarmónicos, otros regalando comida, agua o frescos para hidratar a los peregrinos, mientras que, otros rezaban el rosario. A lo largo del recorrido de 15 kilómetros la imagen del santo fue trasladada por 85 cargadores del Comité Tradicionalista de Cristo del Rosario y 70 cargadores del Comité Tradicionalista de San Andrés de la Palanca, el recorrido de la procesión fue resguardada por la Policía Nacional y los Bomberos Unidos, quienes garantizaron la seguridad y asistencia de primeros auxilios.
“Tengo 16 años de venir a bailarle a Santo Domingo, yo lo acompaño el 1ro, el 4, el 7 vengo hasta San Andrés, el 10 voy hasta Las Sierras y hoy termino, yo le pago su promesa porque el me curó del corazón”, dijo Doña Ericka Cisneros, quien asiste todos los años en compañía de su familia.